Alguien en mi cuenta de Instagram se sintió ofendido por mi mirada sobre Jesús. Yo sabía que algo así podría pasar. Hay personas ortodoxas, cerradas y que se ofenden si les muestras otras imágenes. Sólo aceptan al Jesús que les describe el pastor o el sacerdote. Para mi, eso es un narcisismo religioso, un narcisismo espiritual. Si la persona no ve su reflejo en el otro, en lo que piensa o siente, si difiere en su creencia de fe, entonces merece desprestigio, juicio y señalamiento.
Desde muy joven yo soñé con otro Jesús, uno que parecía más un amigo, alguien divertido, inspirador, un super héroe, un mago, un líder que motivaba a las masas y enseñaba con el ejemplo.
En el episodio 10 de mi Podcast La escuela del todo compartí desde el corazón mis experiencias con él. Han sido algunas sumamente abrumadoras, electrizantes, explosivas en mi ser, aunque no hayan sido experimentadas en una iglesia o en una congregación pentecostal.
Son mías y nadie podrá quitármelas, aunque me señalen, y seguiré compartiéndolas con el amor de mi corazón a quien quiera escuchar, siempre que mi alma me lo indique y mis guías así lo quieran.
Con ese mismo fuego interior que encendió Jesús años atrás (y unas cuantas vidas pasadas también), me hace feliz anunciar mi retiro Solsticio ancestral: Hogueras y ritos de transformación en Elche, Alicante, España, que haré del 20 al 22 de junio.
Este evento será sumamente especial porque lo daré junto a una maravillosa mujer medicina, Lucy Marín Munay Weyu, la chamana de la Gran Sabana.
Vamos a sanar en el útero de la madre tierra, con cacao, temazcal, biodescodificación, palabra dulce. Todos conectaremos con el silencio, con el ayuno, con Padre sol, con el fuego transmutador del círculo, con el agua que limpia, el aire y la tierra.
Esas técnicas las enseñó Jesús, aunque hayan querido borrar esa imagen de chamán y de mago.