Mandalas de paz
La vida fluye en un ouroboro de sincronías sin fin, en infinitos fractales geométricos y escaleras de ADN con olor a tierra mojada. Desde el macrocosmos hasta en el insondable Universo subatómico, la belleza especular nos recuerda que “cómo es arriba es abajo” y que toda la realidad es creada a “imagen y semejanza”.
A manera de esencias florales, estas imágenes (2016) pretenden mostrar la infinita multidimensionalidad geométrica de la naturaleza. Nueva vida es aparecida, reflejada y sostenida en la calma de la meditación, en la que se va recorriendo el camino del mandala, hacia adentro, hacia la reflexión, o hacia afuera, buscando una mirada más amplia. Cada ser vegetal se disfraza de chakra, de portal energético, y se desdibuja, impermanente, para manifestarse en la próxima respiración.