¿Te han dicho que eres distraído, que te cuesta concentrarte, que vives “en la luna”? Tal vez incluso llevas una etiqueta como TDAH encima, el «trastorno de déficit de atención»y en algún momento llegaste a creer que estás rota o roto, que algo en ti no funciona como debería.
Pero… ¿y si no fuera así?
¿Y si ese supuesto “déficit” fuera en realidad una forma diferente —más intuitiva, más multidimensional— de enfocar tu energía? O quizá, una forma de protegerte…
💥 Hace poco, una de las mujeres que acompaño en el programa Kamino me compartió algo revelador. A pesar de vivir convencida de que tenía TDAH, en nuestras sesiones ha empezado a experimentar algo que la dejó sin palabras: un estado de hiperenfoque tan profundo que parecía conectarse con su alma. Fue como encender una luz en el medio de la niebla. Sentirse, por fin, orientada.
Esto me inspiró a hacer una pausa y lanzar una pregunta al viento cuántico:
👉 ¿Y si el déficit de atención no fuera una falla, sino una frecuencia distinta de percepción?
Una visión desde la biodescodificación
Desde la mirada de la biodescodificación, el TDAH puede entenderse no como un trastorno, sino como una estrategia de adaptación del cerebro frente a un entorno emocionalmente abrumador o caótico. El cerebro no colapsa: filtra, selecciona, prioriza lo esencial para sobrevivir. Se vuelve hiperselectivo, como un radar que ignora lo irrelevante para detectar lo vital.
Cuando este radar interno se siente en un entorno seguro, sin juicios, sin presiones…
✨ Sucede la magia: aparece el estado de flow, ese espacio en el que todo se alinea y tu Yo Superior empieza a hablarte claro. Es ahí donde descubres que tu atención no está rota… está afinada para otra música.
Grounding: volver al cuerpo, volver a la Tierra
Si sientes que tu mente se dispersa, que te cuesta enfocarte o que hay demasiados estímulos gritando a la vez, quiero regalarte una práctica muy sencilla y poderosa:
🌿 El grounding.
Sí, es literal. Quitarte los zapatos. Caminar descalzo sobre la tierra, el pasto, la arena. Dejar que los electrones de la Tierra entren por tus pies y te devuelvan al presente.
Caminar así es como volver a casa. Es recordarle al cuerpo que está a salvo.
Es permitir que la energía densa que no te pertenece baje y se disuelva. Que el planeta te abrace y te diga al oído:
“Tranquilo, estás aquí. Puedes descansar.”.
Desde la ciencia, el grounding ayuda a regular el estrés, mejorar el sueño, reducir la inflamación. Desde el alma, es una forma de aterrizar tu atención, de reencontrarte con la planitud del instante, el ritmo que tu corazón necesita.
Si acompañas a niños con TDAH…
…quizá esta mirada también puede abrirte una puerta.
En vez de buscar controlar el síntoma, pregúntate:
💫 ¿Qué necesita este cerebro, este corazón, esta alma sensible?
Tal vez no necesita más estructura, sino más tierra. No más exigencias, sino más escucha.
El TDAH no es una batalla a ganar, sino un lenguaje a traducir.
Tu atención no está rota. Solo es distinta.
Si te resuena esta perspectiva y quieres explorar una técnica profunda para encontrar enfoque en medio del ruido, te invito a escuchar el Episodio #13 del podcast La Escuela del Todo.
Allí comparto una clave poderosa —transmitida por un maestro espiritual muy especial— para vivir en estado de flow consciente, manifestando tu realidad desde tu yo superior, aquí y ahora.