Cuando buscamos el propósito de vida o el Ikigai, a veces debemos recorrer varios caminos antes de llegar al correcto. Son muy diversos los caminos de autoconocimiento y sanación que se pueden seguir para brindar solución a los problemas que se nos presentan en la vida. Hay para todos los gustos, presupuestos, creencias de fe, niveles culturales y socioecómicos, y  cada método tiene su encanto, su lógica y sus respectivas teorías que lo avalan. Lo fundamental en cada caso es que dicho camino resuene entre el coach, terapeuta o facilitador y el paciente, tutoreado o coachee. El camino que deben recorrer ha de estar orientado a ayudar a quien lo necesite y para ello es necesario que quien realiza la mediación sea competente para ello, que tenga las condiciones y preparación suficiente para cumplir con un adecuado tratamiento terapéutico, es decir, todos los recursos para entrar en el inconsciente de la persona y brindarle sosiego, luz, sostén y sentido para que sane y evolucione como si fuera un proceso de transformación alquímico.

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Por varios años me he venido preparando con buenos maestros en varias áreas para dar mi acompañamiento como coach y terapeuta. He realizado incursiones respetuosas en diferentes campos para ampliar mi visión y abordar cualquier situación de quienes me consultan, desde lo abstracto hacia lo concreto. Gracias a estas vivencias personales y al proyecto fotográfico Caminos Cuánticos –que comenzó siendo sólo arte para convertirse con los años en una plataforma integral terapéutica y educativa para el despertar de consciencia– he podido elaborar mi modelo Partes del Alma. En mis primeros años realicé regresiones a vidas pasadas y fui descubriendo el mundo de la energía, visitando el inframundo chamánico y apasionándome por la riqueza de las culturas antiguas y extraterrestres; he visto las conexiones que hay entre el arte, la ciencia, el inconsciente y la espiritualidad. Luego vi como trabajaba con elementos del antiguo Egipto sin saberlo: El doble o Ka, la sombra o Sheut, el corazón o Ib, el nombre o Ren y el Ego/personalidad o Ba. 

Pero no me he quedado allí, también he conocido he integrado en mi formación la Programación Neurolinguistica, el Eneagrama, el estudio del árbol genealógico (psicogenealogía), el coaching y la Biodescodificación de Enfermedades. Para mi ha sido como recorrer inmensos y distintos mares para luego llegar a una orilla transformado, sin ser el mismo que inició la travesía, dispuesto además a volver a esos mares para seguir aprendiendo y cambiando en este mundo tan fascinante que me abrió las puertas, permitiéndome dedicarme a la investigación y a la terapia para ayudar a otros, en este ámbito encontré mi propósito, mi camino, o como dirían en Japón, mi Ikigai, el sentido de mi vida.

En estos caminos descubrí la Psicomagia y supe que era para mi. Supe que mi propósito de vida estaba vinculado al mundo psicomágico. Éste es un arte y a la vez una ciencia terapéutica que integra todo lo que he conocido y estudiado, abordándolo de manera práctica, profunda, efectiva, rápida y útil para el beneficio de mis tutoreados, coachees y pacientes. La intención en este abordaje terapéutico es comunicarse con el inconsciente y transformarlo directamente, desde ese océano de información abstracta y metafórica, sin la necesidad de traducir su lenguaje al consciente. Para hacer esto utilizamos gestos y acciones simbólicas, imágenes, elementos del arte, arquetipos universales, que mediante actos específicos facilitan la transformación del alma y del cuerpo, sanando y expandiendo la consciencia.

Siguiendo esta técnica de la Psicomagia he podido lograr profundos cambios en las personas. Incluso he ayudado a otros a conseguir su propósito de vida o su ikigai. En la Psicomagia se unen la hipnosis, el trance sanador, el arte, el teatro terapéutico y los rituales para así brindar oportunidades únicas de sanación a quien las necesita.

Durante la realización de un Acto Psicomágico, la persona se encuentra ante un misterio que provoca que la energía salga desde su inconsciente hacia el mundo mágico del infinito de posibilidades de su ser y se generen sincronías y casualidades. Es impresionante. De esta manera es como se inicia un procesos de atracción electromagnética y precipitación de una realidad nueva y fresca, fuera de la repetición, al margen de los patrones habituales.

La Psicomagia no es una simple herramienta más de terapia, es la respuesta a muchas preguntas que desde otros ámbitos son difíciles de responder. Es definitivamente un sendero de vida que integra todas las Partes del Alma, recorriendo mi propio camino cuántico hacia mi.