Caos y oportunidad: Navegando los tiempos finales

Vivimos un momento en la historia de la humanidad marcado por una sensación palpable de caos global.

Eventos inesperados, como apagones masivos en países como España, Francia y Portugal, nos muestran la fragilidad del sistema. Las autoridades investigan las causas sin seguridad de que hayan sido fallos técnicos o ciberataques. Todo esto a pocos días de la extraña y polémica renuncia de Klaus Schwab, cabeza del Foro Económico Mundial de Davos.

Por otro lado, guerras comerciales entre las economías más grandes del mundo, con Estados Unidos (ahora en conflicto con medio mundo, hasta con su siempre aliada Canadá) y China imponiendo aranceles y compitiendo por la hegemonía económica y tecnológica.

Y es que la nueva carrera no es espacial, si no por el dominio de la inteligencia artificial, si es que alguien podrá dominarla en absoluto en unos pocos meses.

Miramos las noticias y vemos tensiones escalando entre potencias nucleares como India y Pakistán, con movimientos militares en sus fronteras, mientras la muerte del Papa impulsa el inminente cónclave de la iglesia.

¿Qué está sucediendo?

Los cimientos del mundo se tambalean. Podemos entender este periodo como un tiempo en el que los cuatro pilares fundamentales que han estructurado nuestra percepción colectiva de la realidad están siendo sacudidos y transformados. Estos pilares son:

  1. El poder religioso: lo que creemos en la fe, las iglesias, el control sobre creencias, trascendencia e identidad.
  2. El poder político: lo que hacemos en sociedad, los gobiernos, las leyes, la organización social y el manejo de fondos públicos.
  3. El poder científico: lo que conocemos del Universo, la academia y las organizaciones que definen el conocimiento válido y lo que es real o verdadero.
  4. El poder económico: lo que podemos adquirir, pagar y disfrutar, los bancos, el sistema del dinero, el poder adquisitivo y la propiedad.

Históricamente, estos sistemas de poder han establecido las normas y límites de nuestra realidad «allá afuera».

Este tiempo de aparente desmoronamiento es interpretado por diversas tradiciones y perspectivas como el «fin de los tiempos», no necesariamente en un sentido catastrófico y literal, sino como un cambio de percepción, el fin de una era o un cambio de paradigma profundo.

Profecías de la antigüedad sobre los tiempos que vivimos

San Juan escribió en el Apocalipsis acerca de los cuatro jinetes como una poderosa metáfora para describir el colapso o la transformación de estos cuatro centros de poder. Hablamos entonces de una crisis de los modelos económicos, la inestabilidad política, la incertidumbre de los paradigmas científicos y tecnológicos establecidos y el cuestionamiento de las religiones institucionalizadas como fuentes exclusivas de verdad.

Desde otras cosmovisiones, también se habla de un cambio de era. La profecía del Águila y el Cóndor, por ejemplo, de la que hablé en el episodio número 3 del Podcast La escuela del todo, se remonta a más de 2000 años.

Señala que después de un periodo de división, es ahora el momento (el Quinto Pachakuti, iniciado en los 90) para que los caminos del Águila (lo intelectual, científico, industrial, hemisferio izquierdo) y el Cóndor (lo intuitivo, creativo, conectado a la naturaleza, hemisferio derecho) converjan hacia una conciencia humana superior.

Este tiempo nos llama a pasar de una «Economía de la Muerte», que esquilma a la Madre Tierra, hacia una «Economía de la Vida».

Por su parte, desde la astronomía yóguica, se menciona que la era de la Diosa de la destrucción, el Kali Yuga ha terminado, o está cerca de hacerlo, y nos estamos moviendo hacia el Dwapara Yuga y eventualmente al Treta Yuga, eras que implican una percepción mejorada y un crecimiento espiritual.

Este contexto global desafiante, donde las estructuras externas pierden su firmeza, nos presenta una inmensa oportunidad. Al desmoronarse la hegemonía de los pilares externos, emerge la posibilidad de crear la realidad desde nuestro mundo interior.

Esto implica un cambio de enfoque: dejar de buscar soluciones «allá afuera» para activar nuestro potencial individual.

¿Qué hacer para navegar con coherencia hacia la nueva realidad?

Para navegar estos tiempos y co-crear una nueva realidad, te sugiero algunas claves fundamentales:

  1. Conéctate con la Madre Tierra: En esta época acelerada, más que nunca necesitamos «bajar a tierra». Conectarnos con los ritmos de la Pachamama, recostarnos sobre ella, sentir el sol, soltar nuestra exigencia y el exceso de velocidad mental que nos agota y desconecta. La Madre Tierra, la Abuela Tortuga, nos enseña la medicina de lo receptivo, la calma y la paciencia para transitar los procesos. Una profecía nativa guaraní mencionada por Alejandro Corchs en su Podcast “Esto es amor y es para siempre”, ve a la extracción del petróleo como un favor a la Madre Tierra, liberándola de «depósitos del dolor», lo que le permitirá ordenarse desde adentro y ayudar a la humanidad a vivir de manera sostenible, transformando al ser humano de «destructor» a «protector». Aún estamos en medio de esta purga tóxica, pero eventualmente la superaremos.
  2. Cultiva tu Espiritualidad: Al desmantelarse las religiones institucionalizadas como únicas fuentes de verdad, se abre el camino a una espiritualidad más personal, a través de una verdadera conexión del corazón y en la libertad plena de elegir de cada quien. Se trata de reconocer que somos seres espirituales teniendo una experiencia humana. El verdadero «fin de los tiempos» no es colectivo, es individual, y es el fin de una percepción de la realidad. Cambia la relación personal con la fuente, con el todo, con el Universo, con Dios, la vida o como cada quien quiera llamarle. La alquimia, por ejemplo, nos muestra el camino para transmutar el sufrimiento en sabiduría, convirtiendo el «plomo» (las facetas densas, el dolor, la sombra) en «oro» (nuestra esencia, evolución, potencial, luz y sabiduría). Esta «Piedra Filosofal» no se busca afuera, sino que es inherente a nuestra naturaleza humana; solo hay que tomar conciencia de ella.
  3. Despertar de conciencia y auto-soberanía: La caída de los pilares externos nos impulsa a la era de la auto-soberanía. Esto requiere conocernos a nosotros mismos y liberarnos de las cárceles de creencias que nos limitan. La realidad se origina en el plano sutil; los cambios externos no resuelven los problemas si no trabajamos en nuestro interior, donde se origina la «enfermedad». Debemos activar nuestra capacidad para manifestar la realidad deseada utilizando la conciencia, la intención, la creencia y la comprensión de la realidad como energía. Incluso en las «peores épocas», individualmente podemos elevarnos y vivir una «era dorada dentro de nosotros mismos». Esto se proyectará en la medida en que vibremos en amor, en coherencia cardíaca, y co-creemos ese nuevo mundo urgente que soñamos.

En conclusión, los tiempos actuales, aunque parezcan caóticos por el cuestionamiento y la transformación de los sistemas de poder externos (religión, política, ciencia, economía), representan un periodo de profunda oportunidad. Es una invitación a dejar de luchar batallas afuera y enfocarnos en nuestro interior.

Al conectar con la sabiduría de la Madre Tierra, cultivar nuestra espiritualidad personal y despertar nuestra conciencia individual, podemos transcender las limitaciones impuestas y co-crear nuestra realidad, pasando de ser víctimas del caos a arquitectos conscientes de un futuro más armónico y sostenible.

Deja una respuesta

20 + 19 =